Análisis estructural y delimitación de las funciones del Consejo Superior de Cooperativas de Euskadi

Esta tesis doctoral tiene por objeto investigar al Consejo Superior de Cooperativas de Euskadi que es una de las figuras jurídico-cooperativas más importantes dentro del entorno cooperativo vasco; no existe sobre el mismo ningún trabajo de investigación anterior a éste ni en España ni en el País Vasco. Para su elaboración se trabajó con la documentación interna del propio Consejo haciendo un seguimiento de sus actividades desde su creación hasta julio de 1997, con entrevistas a personas vinculadas al mismo y al Consejo del régimen franquista, con archivos de esa época, con documentación remitida desde Francia, y con la base bibliográfica extraída principalmente del Instituto de Estudios Cooperativos de la Universidad de Deusto y de la biblioteca de Mondragón Corporación Cooperativa.

Creado por inspiración de la Administración Pública Vasca con la estrecha participación de importantes sectores cooperativos, la relevancia del Consejo Superior de Cooperativas de Euskadi radica en que a partir de su puesta en marcha ha sido el gestor de cambios verdaderamente significativos en beneficio del cooperativismo vasco. Es el ente de participación, diálogo, consenso y encuentro de los cooperativistas y vehículo de colaboración con la Administración Pública Vasca. Es el encargado de la promoción, fomento, difusión y educación cooperativa, y hasta 1996 asumió una atípica representación del cooperativismo vasco en importantes foros nacionales e internacionales como la Alianza Cooperativa Internacional, pues no existía un ente propiamente cooperativo que la ejerciera hasta la constitución de la Confederación de Cooperativas de Euskadi en dicho año.

La primera vez que aparece la figura del Consejo Superior de Cooperativas es en 1918 en Francia cuando por efecto de la Primera Guerra Mundial las necesidades especialmente alimenticias no pueden ser satisfechas fácilmente, ante lo cual el Gobierno encuentra en el cooperativismo una fuente interesante de posibilidades, cambiando así su actitud pues con anterioridad era desfavorable al mismo. Dentro de este marco surge este Consejo como un órgano dependiente del Ministerio del Trabajo y como punto de conexión y colaboración entre las cooperativas y el Gobierno.

En España la figura del Consejo Superior de la Cooperación se contempla por primera vez en Cataluña durante la República en 1934 como órgano de consulta, estudio, difusión y fomento del cooperativismo catalán, y dura hasta 1939 aunque fue activo sólo los tres primeros años con escasa aportación. Durante el régimen franquista bajo un marco de recelos hacia el cooperativismo surge el Consejo Superior de la Cooperación en 1942 como el más alto organismo de la Obra Sindical de la Cooperación; sus funciones son asesoras y de impulso al cooperativismo, así como de organizar, promover y dirigir al movimiento cooperativo y a la educación cooperativa. No obstante, su existencia en esta etapa se encuentra condicionada por un riguroso y excesivo control estatal que rebasa los linderos de la libertad cooperativa.

Una vez instaurado el régimen democrático se crea el Consejo Superior de Cooperativas de Euskadi en la Ley 1/82, de 11 de febrero, de tal forma que es el primero en contemplarse dentro del nuevo marco constitucional, por lo cual sirvió de referente para la creación de los restantes Consejos Superiores de Cooperativas contemplados en las leyes autonómicas. Surge en una época de crisis económica que toca de manera sensible al tejido industrial vasco, ante un orden constitucional naciente en el cual se ampara (Art. 129.2 CE), y ante un movimiento cooperativo vasco que curiosamente a pesar de tener una experiencia cooperativa tan importante como lo es Mondragón, se encuentra sin una estructura asociativa conjunta y unitaria que lo aglutine y represente.

De manera general concluimos que la importancia del Consejo Superior de Cooperativas de Euskadi es sin lugar a dudas trascendental para el cooperativismo vasco, puede afirmarse incluso que con su aparición y actividad se marca el fin de una etapa y el inicio de otra. Entre sus logros más importantes se pueden mencionar el haberle dotado al mismo de estructura y unidad tras la constitución de las federaciones de cooperativas; la promoción y difusión del cooperativismo como valor y alternativa económica y social reivindicable; la presencia institucional del cooperativismo vasco no sólo a nivel nacional sino también en el ámbito cooperativo internacional; y el ser un mecanismo de diálogo, consenso y encuentro de los cooperativistas con la Administración, siendo por lo mismo una experiencia que bien podría ser considerada por otros países en su dinámica cooperativa