Historia de la Casa de Expósitos de Vizcaya (1883-1984)

La preocupación gubernamental por atender las necesidades de la infancia sin protección familiar comenzó en el siglo XVIII. Con anterioridad, los recién nacidos no deseados o procedentes de familias pobres eran simplemente abandonados en las puertas de los conventos. Al principio, los niños abandonados o expuestos a la caridad pública de la provincia de Vizcaya, eran recogidos oficialmente en el Hospital de Gracia de Zaragoza y, posteriormente, en Calahorra. Para, desde 1906, ser la Diputación Provincial la encargada de organizar un Establecimiento de Niños Expósitos local. En sus comienzos las mujeres interesadas en criar a estos niños en sus domicilios hasta los 7 años de edad recibían un salario de lactancia. Si finalizado este período deseaban quedarse con ellos, firmaban un contrato de prohijamiento, donde se comprometían a cuidarlos como a hijos propios hasta la mayoría de edad. Se trataba de una adopción parcial, que en cualquier momento podía ser anulada, si los padres naturales pedían la devolución de los hijos que un día dejaron expuestos al cuidado de la institución. Durante la primera mitad del siglo XIX el Establecimiento recogía e intentaba recolocar en nuevos núcleos familiares una media de 100-180 niños al año. Dado que la cantidad de abandonos infantiles iba en aumento, en 1883 se construyó un edificio de tres plantas donde albergarlos temporalmente que se llamó Casa de Expósitos de Vizcaya que, a principios del siglo XX, ingresaba 200, 300 y 400 niños al año.

Esta situación permaneció estable hasta después de la Segunda Guerra Mundial en Europa, y de la Guerra Civil Española de 1936, que removieron las conciencias sociales, trayendo consigo profundos cambios políticos, económicos y sanitarios. Uno de los más influyentes para el tema que nos ocupa, fue la promulgación de los Derechos Humanos en 1948, reforzada con la declaración de los Derechos del Niño, paso decisivo para terminar con la discriminación social hacia el niño expósito y la madre soltera, el principal motivo de abandonos infantiles, junto con la pobreza social. Finalmente se terminó cambiando la Ley de Adopciones en 1958, permitiendo la adopción plena de niños en situación de abandono durante más de tres años, que se reformó en 1970 rebajando el período de espera a seis meses. De esta forma, el término expósito, que hasta entonces equivalía en términos legales a ilegítimo o marginado social carente de derechos civiles, dejó de tener sentido, ya que, lógicamente, al ser adoptados pasaron a ser hijos legítimos a todos los efectos. El cambio de legislación en el terreno de las adopciones terminó ocasionando el cierre de todas las Casas de Expósitos existentes en Europa por falta de clientela