La Academia de Bellas Artes de Vitoria (1818-1889)

Esta investigación pretende ser un estudio descriptivo-cronológico de la Academia de Bellas Artes de Vitoria en el siglo XIX, época de progreso económico y renacimiento cultural en el que continuamente esta institución aparece como parte integrante del mismo y, en gran medida, causante de tal proceso. El objetivo, entonces, es presentar por primera vez un estudio, lo más completo posible, de dicha academia desde su régimen organizativo y académico, su sistema de formación, su gestión económica, su vinculación con la ciudad, hasta incluso analizar los edificios donde se instaló.

Se ha limitado el periodo de estudio de la Academia a los años comprendidos entre

1818 y 1889 por coincidir con su segunda fase de existencia, tras la creación por la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País en 1774 e interrumpida durante la guerra de la Independencia y antes de su conversión en Escuela de Artes y Oficios en 1889.

En cuanto al método y sistema de trabajo, así como a las fuentes utilizadas, esta tesis ha contado con un mayor número de fuentes documentales que bibliográficas, debido a la escasez de las últimas. La documentación consultada, procede fundamentalmente del Archivo, privado y sin catalogar, de la actual Escuela de Artes y Oficios de Vitoria-Gasteiz (se reproducen algunos textos inéditos en el Apéndice final). Se han analizado preferentemente los Libros de Actas, los Reglamentos, los expedientes relativos al profesorado, así como los concernientes a la construcción de los edificios.

El estudio se centra en un amplio apartado sobre la Academia, precedido por un primer punto introductorio en el que se trata de la Escuela Gratuita de Dibujo creada por la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País, en cuanto arranque de la Academia de Bellas Artes en el siglo XIX y para finalizar, a modo de conclusión, un tercero, exponiendo brevemente de qué modo y por qué razón se transformó la Academia en Escuela de Artes y Oficios. El eje central, por tanto, es el relativo a la Academia entre 1818 y 1889, subdividiéndose en cuatro apartados: uno más amplio acerca del régimen académico, otro relativo a la gestión y financiamiento, un tercero dedicado a los sucesivos edificios y sus reformas, y por último una reflexión sobre la vinculación de la academia con su ciudad y otras instituciones similares.

La Academia de Vitoria muestra a través de su trayectoria, un firme y constante afán por perfeccionar la enseñanza artística en su entorno. Una enseñanza práctica y encaminada a mejorar la actividad artesanal e industrial de la ciudad. Objetivos, ciertamente, en la línea ideológica de los ilustrados del siglo XVIII. Además, a diferencia de la gran mayoría de otros centros similares, contó con el apoyo incondicional de los talleres artesanales y del mundo gremial que, en definitiva, en Vitoria perduró hasta muy centrado el siglo XIX.

El panorama, en el siglo XIX, era muy similar al del siglo anterior: un grupo de artesanos, intelectuales y políticos de la ciudad hicieron suyas aquellas mismas creencias de ver renovada y llena de prosperidad su tierra, Álava, fundamentando la consecución de su ideal en la enseñanza del Dibujo. Estos "nuevos ilustrados" eran una clara muestra de modernidad del nuevo siglo, un adelanto a los ideales del romanticismo por venir.

Los asistentes a la Academia no sólo fueron artesanos, sino una gran mayoría de ciudadanos, incluso algunos ilustres como el pintor Fernando América o el explorador Manuel Iradier, de quienes se aportan dibujos de infancia inéditos. Desde 1840 la Academia ofreció, también, la enseñanza del Dibujo a la mujer, una auténtica novedad y señal de las ideas avanzadas de quienes lo promovieron, si se tiene en cuenta el panorama nacional de enseñanza de la mujer.

La enseñanza del Dibujo se sustentó fundamentalmente, a pesar de la diversidad de profesores y directivos que se sucedieron, en dos importantes pilares: la adquisición de soltura y práctica a través de la copia de modelos y el aliciente de la concesión de premios que valoraba conjuntamente la destreza, el esfuerzo y la constancia. Fue una enseñanza de tipo académico, encaminada a perfeccionar la práctica profesional de los artesanos y artistas, así como a formar y dirigir el gusto.

Los profesores de la Academia vitoriana, ya fueran maestros artesanos, ya artistas formados en otras academias, fueron quienes evidentemente influyeron directamente en sus discípulos y en su obra posterior, visible en gran medida en Vitoria, contribuyendo así al renacimiento y afianzamiento artístico del siglo. Y todo ello, gracias al genio individual de cada uno y a su constante puesta al día y actualización en técnicas, enseñanzas, materiales y corrientes estéticas.

La vida de la Academia estuvo estrechamente ligada al Ayuntamiento de la ciudad por diversas motivaciones, destacando la de pretender constantemente el fomento y mejora de la ciudad y sus habitantes. Lo que llevó a la Corporación Municipal a apoyar en numerosas ocasiones a la Academia. Todos: artesanos, artistas, intelectuales, políticos... coincidieron en un mismo deseo, la perfección artística a través del Dibujo